Espacio de reflexión
Todos necesitamos un espacio y un tiempo para contactar con nosotros mismos, nuestras necesidades, inquietudes, anhelos, esperanzas, miedos, contradicciones... Conocer y abrazar todo lo que somos nos permite crear aquello que queremos ser.
La inevitabilidad del cambio
7.01.22
Ante todo, mostraros mi alegría por estar otra vez aquí, con vosotros. Mi año 2021 ha cursado con importantes cambios que han precisado una redistribución de tiempo y prioridades.
Pero ante todo, seguimos aprendiendo. ¿Por qué nos cuesta tanto asumir los cambios?
¿O cambiar nosotras y nosotros mismos?
Veamos 3 claves simples para empezar:
1- FLUIR: sintámonos fluir con el cambio, sin oponer resistencia. Esto implica mejorar nuestra capacidad de adaptación, de aceptación.
2- IMPLICACIONES: valoremos las consecuencias, las implicaciones del cambio, siempre podemos encontrar el aprendizaje ante los cambios (sean de carácter positivo o negativo), o simplemente disfrutar de algunos cambios, que nos resultan gratificantes, por insignificantes que sean.
3- CORREGIR EL RUMBO: hagamos un alto en el camino y si es necesario cambiemos el rumbo; provoquemos nosotras o nosotros el CAMBIO que deseamos
Ilusión
27.08.21
Hasta qué punto podemos deslizarnos por la vida sin apenas ilusión, sin poner el corazón en lo que hacemos, de forma automática, mecánica o rutinaria. Puede que sin darnos cuenta, sin reparar en el cansancio o hasta el agotamiento que nos provoca el día a día.
Me permito sugeriros que miréis hacia dentro, conectando con vosotr@s mism@s para rescatar viejas ilusiones o crear nuevas, para recuperar el punto de mira, ese gusanito interior que nos ilusiona e ilumina nuestros caminos, algo que nos permite sentir nuevas ilusiones para el día a día o para generar nuevas metas.
También podéis mirar hacia fuera, reconocer en vuestro entorno algo que os ilusione, que os permita mirar con otros ojos, los de la ilusión.
Conectando con nuestro niño o niña interior,, observando las miradas de niños y niñas cargadas de ilusiones, de sorpresa o entusiasmo... podemos reiniciar nuestro modo operativo, al igual que reiniciamos el ordenador.
Abramos nuestros ojos cada día con ilusión y nuestra vida a todas las ilusiones que pueden guiarla.
Sabiduría de nuestros ancestros
7.05.21
Recuerdo entre las frases de mi madre "Si quieres, puedes" o "Querer es poder" cuando me achantaba ante alguna dificultad. Yo pensaba que era imposible mi meta y que mi madre tenía super poderes o que tal vez me exigía demasiado.
Pero ni una cosa ni otra, mi madre estaba poniendo en marcha ese pensamiento positivo que te impulsa hacia adelante. Esa sabiduría innata, que lamentablemente a veces no recordamos, que tiene la certeza acerca de nuestras posibilidades, que sabe que gran parte de nuestros logros, de nuestra satisfacción es la confianza en nosotr@s mism@s, que podemos conseguir aquello que nos propongamos con tesón, con perseverancia, con ilusión y especialmente con el convencimiento de que si creemos en nosotr@s mism@s ya hemos avanzado un gran trecho.
El resto llegará solo, la clave es esa confianza y disfrutar, como siempre digo, del camino.
Puede ser que nuestras madres creyeran en nosotr@s o no, tal vez algún familiar o profesor/a... tomemos esa fuerza, la de nuestros ancestros, su sabiduría, su fuerza, su sostén, recordemos o imaginemos ese apoyo firme y... a por aquello que deseamos. Está ahí... queda poquísimo... un pasito más...
Cada día mírate al espejo con una gran y profunda sonrisa, comunícate a ti mism@ a los ojos esa confianza en ti, sabes que te mereces todo lo bueno que te pueda pasar hoy y cada día de tu vida.
¿Autoestima?... ahora depende de mí.
30.04.21
Sabemos que la valoración sobre nosotr@s mism@s se va gestando en la infancia, bajo las influencias de nuestras figuras de apego, influencias de profesores y profesoras, compañeros y compañeras de juego... sigue evolucionando durante la adolescencia, etapa en la que los grupos sociales aportan elementos muy significativos a nuestra autoestima.
Y ahora qué … ¿ya no puedo hacer nada? ¿Culpar a los demás? ¿Es por mi infancia? ¿Por mi falta de sociabilidad? …
Me voy a olvidar de prejuicios, expectativas imposibles, búsqueda de culpables … y otras alternativas que no me van a llevar a ninguna parte. Yo soy dueñ@ de mi vida y responsable de cuidar de mi. Por tanto, puedo aprender a valorarme, a cuidar de mí mism@, a descubrir cada día de entre mis potencialidades grandes posibilidades y retos para vivir, para ver quién soy, para gustarme cada día un poco más, buscar nuevos calificativos que destacan mis cualidades...
Y especialmente, puedo aprender a vivir conmigo mism@ aceptándome, destacando todas mis virtudes y aprovechando todas mis oportunidades.
Y sentir miedo … ¿para qué?
23.04.21
Evidentemente, la sensación de miedo es adaptativa, siempre que nos encontremos ante un peligro que amenaza nuestra vida, nuestra integridad, a nuestro entorno... el miedo es útil para generar una respuesta de defensa o de ataque que nos ponga a salvo. Pero demasiadas veces sentimos ese miedo de forma poco adaptativa, no hay un león ante el que luchar, la situación externa no es efectivamente amenazante, pero nuestros sentidos nos engañan, nuestros pensamientos hacen interpretaciones o unas asociaciones que nos conducen a esa emoción descontrolada en forma de miedo, nuestra respuesta fisiológica se dispara y podemos llegar a enfermar.
Está bien darnos cuenta, sentimos miedo, asumimos que está ahí, escapa a nuestro control, lo distinguimos de otras emociones, como inquietud, ansiedad...
Una pregunta que suelo emplear es ¿Qué es lo peor que puede pasar? Visualizamos nuestra peor pesadilla, fantasía, temor... la exageramos al máximo, hasta llevarla al punto del ridículo. Para los fans de Harry Potter (sabéis que yo me cuento entre ellos), sería como cuando en clase de "Defensa contra las artes oscuras" el profesor Lupin les enseña a enfrentarse a un "Boggart" (que toma la forma de lo que más tememos). El hechizo para defenderse es "riddikulus" y ese miedo que nos paraliza se convierte en algo cómico, que nos arranca una sonrisa. Así pues, "varita" en mano vamos a enfrentarnos a nuestro miedo. Para los no seguidores de Harry Potter, al margen de varitas mágicas, el funcionamiento es el mismo, convertir nuestro propio miedo en algo tan exagerado (exagerando lo peor que puede pasar) que nos arranque una sonrisa.
Este paso nos permite tomar distancia y perspectiva respecto a la situación y a la emoción en sí. Y nos damos cuenta de que el miedo es eso. Es sólo miedo. Además, todo lo que nos hace reír nos ayuda a cambiar también nuestro estado anímico. Y nos recuerda que además de miedo, sentimos otras emociones, somos mucho más que ese miedo.
También rompemos el círculo vicioso de la paralización o de la evitación. Cada vez que me paralizo o evito, hago que el miedo crezca. Enfrentándome, en cambio, se amplía mi percepción, mis recursos ... y por supuesto mi autoconfianza crece y mi miedo se va haciendo pequeñito, se va diluyendo.
Así, voy a donde tenía que ir, hablo con quien tenía que hablar, realizo la actividad que ... y una vez superado el reto, independientemente del resultado, me FELICITO, por "valiente", por mi "tranquilidad", por mi capacidad de afrontamiento... y por qué no, también por el resultado.
Y así, día a día, paso a paso... voy superando mis miedos.
Soy un ser único y completo
16.04.21
Único, completo e irrepetible. Demasiados estereotipos nos hacen sentir muchas veces incompletas/os, insuficientes o incapaces. Ha llegado el momento del cambio, de mirar hacia adentro y sonreír, de darnos cuenta de lo valiosos/as y maravillosas/os que somos. No nos falta nada, somos un conjunto perfecto de partículas o elementos, en todos los sentidos (físico, energético, emocional, mental...).
Sólo hace falta que nos lo creamos, que conectemos con nuestra sabiduría, nuestro sentido común, nuestra confianza y con todas esas habilidades y recursos que tenemos.
Parece tan simple ... y lo es. Siéntelo.
Vamos a elegir un mantra que nos infunda este ánimo y valoración. "Soy un ser completo" "Soy feliz" "Estoy en paz" "Soy lo que necesito" "Todo está bien" ... Y nos lo vamos a repetir a diario, con una sonrisa en el rostro, con agradecimiento hacia nosotros/as desde el corazón.
Ante cada no, descubro un sí
9.04.21
En la vida nos encontramos con muchas puertas que se cierran, con fracasos... innumerables circunstancias que no salen como esperábamos o como deseamos. Pero siempre podemos hacer diferentes lecturas de todo ello.
Podemos hundirnos, sentirnos culpables, sentirnos fracasados ... pero también podemos aprender a confiar en nosotros/as mismos/as, a darnos un respiro, a valorarnos, a ajustar nuestras expectativas, vivir en el presente, a parar para tomar impulso y volver con más ímpetu.
De todas las experiencias se aprende, pero todos sabemos que de las más duras se extraen los mensajes más trascendentes para nuestras vidas.
Merecen la pena todos esos aprendizajes, las emociones que enriquecen nuestra vida... caminando hacia nuestras metas, nuestras ilusiones, recordando que lo más importante es vivir intensamente el camino, aquí y ahora, disfrutando los pequeños detalles y descubriendo posibilidades.
Por ello, pensemos que en nuestra mano está darle un giro a lo que vivimos. Vamos a por ello, con fuerza, con firmeza, alegría y confianza.
¡¡¡¡¡ DESCUBRE TODOS LOS SÍ !!!!!
¿Y si en vacaciones sigo con estrés?
2.04.21
A veces aunque estemos de vacaciones sigue aguijoneándonos el estrés, llevamos una inercia de demasiada actividad, nuestra mente nos traiciona y no nos da una tregua y al final no obtenemos ese merecido descanso.
En estas circunstancias es útil planificar alguna estrategia para hacer frente a esta situación. Os voy a plantear algunas, aunque ya sabéis que la mejor elección es la que le va bien a uno/a mismo/a.
Realizar meditación diaria y ahora con más tiempo no tenemos excusa, contamos con innumerables recursos gratuitos en este sentido.
Dedicarnos por lo menos un día a "no hacer nada", ignorando deliberadamente las obligaciones cotidianas de las cuales un día podemos prescindir, sin duda.
Planificar de forma razonable ese tiempo de ocio del que disponemos, y aquí también el criterio es personal.
Y os voy a añadir el vídeo de la semana que podéis ver en instagram: vamos a visualizar una burbuja, vemos como se hace cada vez más y más grande, le ponemos un color (rosa, azul claro, amarillo pastel, naranja, una luz blanca...) y seguimos visualizando hasta que tenemos esa imagen nítida, casi la podemos tocar. Ahora nos vamos a introducir a nosotros/as mismos/as dentro de la burbuja y respiramos pausadamente, en una postura cómoda, sentimos cómo nos envuelve esa luz del color que hemos imaginado, cómo nos proporciona calma, y cómo va bajando, bajando... nuestro nivel de estrés.
Podemos realizar este ejercicio el tiempo que queramos y también en cualquier momento.
Lo más importante es darse cuenta de lo que necesitamos, o por no menos de lo que no necesitamos.
¿En qué voy a emplear mi tiempo?
26.03.21
Disfrutar o no mi tiempo es mi elección. Vivir el presente es imprescindible en estos tiempos inciertos, así pues, ser capaz de aprovechar ese bien tan preciado que es mi tiempo, sin desperdiciarlo en preocupaciones (que implica preocuparse dos veces) sobre el pasado o sobre el futuro, lugares en los que nada puedo hacer, es un regalo que me merezco.
Es por ello por lo que voy a disfrutar cada momento en lo que sea que esté haciendo, por simple que sea. Y también voy a aprovechar mi tiempo de ocio en hacer aquello que me apetece de verdad, sea descansar, pintar, correr, cantar... o compartir con mis seres queridos.
Mirándonos de frente
19.03.21
Muchas veces intentamos negar lo que sentimos, pretendemos mirar hacia otro lado para no sentir malestar, sufrimiento... pero si nos damos cuenta, cuanto menos queremos sufrir, más se enquista ese sufrimiento.
No podemos negar quiénes somos, no podemos escapar a lo que sentimos y cuanto antes afrontemos las situaciones y nuestras emociones antes estaremos en el camino para sanar.
Por eso esta semana planteo el ejercicio de visualizar una burbuja en la que recoger una emoción que nos genera malestar (miedo, tristeza, desesperación, ira, vergüenza, culpa...). Empecemos por una que suponga un grado de sufrimiento medio o medio bajo (recordad que no podemos empezar una casa por el tejado).
Cierra los ojos, respira suavemente hasta tres veces y visualiza esa burbuja con un color (azul, violeta, amarillo, verde, naranja, rojo...) que va pasando por todo tu cuerpo recogiendo esa emoción que has seleccionado. Desde tu cabeza va bajando, bajando hasta los pies. Busca la emoción en los rincones de tu cuerpo y deja que se vaya introduciendo en la burbuja. Deja esa burbuja en esa parte del cuerpo que te molesta, en la que sientes de forma más intensa la emoción y respira con ella. Cuando inspiras visualiza cómo se hace grande y cuando espiras mira cómo se vuelve pequeñita. Centra toda tu atención en esa burbuja, en esa emoción que estás experimentando, a la que le has puesto nombre. Ahora está localizada, obsérvala como un parte tuya más, con cariño, con comprensión, con paciencia.
Puedes imaginar que esa burbuja sale de tu cuerpo y la puedes contemplar con ese color brillante fuera de ti. Repara en tu cuerpo, en cómo se siente con esa emoción que te produce malestar fuera de ti. Date cuenta que tú puedes sentir otras cosas, que en tu vida hay mucho más que esa emoción que perturba tu bienestar, tu descanso, tu sueño.
Vuelve tu atención a esa burbuja, siente la emoción y sigue respirando con ella. Observa lo que va pasando.
Practica cada día este ejercicio aunque sean diez minutos. Y finaliza respirando, calmando, aceptando.
Tiempos inciertos, momentos de ansiedad
12.03.21
Tras casi un año del inicio de esta pandemia, seguimos viviendo en la incertidumbre, sin ver el final de este largo camino que nos vemos obligados a recorrer. Esto nos genera sentimientos de ansiedad, de miedo, de frustración, de desesperanza, aislamiento y muchas otras emociones que nos producen malestar.
Es el momento de buscar alternativas, actividades que nos aporten serenidad, paz y bienestar. Y para ello cualquier ayuda es bienvenida, cualquier esfuerzo merece la pena y siempre podemos encontrar recursos dentro y fuera de nosotros/as mismos/as.
Te invito hoy a escuchar música relajante, a que te inicies en la meditación, a que aprendas a visualizar, a buscar más conexión con la naturaleza, a pasear, a reenfocar tus problemas, a valorar todas las cosas que tienes, a sentir todo lo que eres, a compartir con los demás, a disfrutar de los pequeños momentos y a utilizar todas aquellas estrategias que te aporten salud, alegría o motivación.
¿Ya has escogido tu música? ¿Vas a practicar aquello que te hace sentir bienestar?
Recuerda que muchas veces aquello que parece inalcanzable está a un solo movimiento de tu mano, en un cambio de pensamiento, en una forma de hacer las cosas y especialmente en un cambio en la forma de sentirlas.
¿Realmente queremos cambiar?
5.03.21
Lo primero que tenemos que decidir es hacia dónde queremos ir, quién queremos ser, cómo queremos vivir... Demasiadas veces perdemos gran cantidad de energía, de círculos sin salida, de atasco emocional en grandes contradicciones "quiero pero no quiero" "me voy pero me quedo" "hoy sí pero mañana no" y muchos pasos hacia adelante y hacia atrás que hacen que no nos movamos.
Una vez que sí deseamos el cambio veamos por dónde empezar. Sin duda por preguntarnos quiénes somos, mirándonos de frente, hacia adentro, valorando todo lo que somos y también lo que no somos. Ahí empieza el viaje que dura toda una vida... pero sigamos. También necesitamos establecer nuestras prioridades, nuestros propósitos, en qué ámbitos vamos a iniciar el cambio o qué aspectos necesitamos cambiar. Hablamos de la familia, el trabajo, el mundo emocional, la pareja, la alimentación, el deporte, el desarrollo interior, la consciencia social...
Ya hemos hecho un gran trabajo, nos hemos situado en el camino, ahora de dónde vamos a extraer las fuerzas para mover esa energía que nos va a llevar a donde queremos. Lo más esencial en este momento es tener muy claro que ese cambio lo voy a hacer por mí y para mí, siendo realista, en conexión con mis necesidades, mis tiempos, mis prioridades... y sobre todo sin perder de vista quién soy.
En este camino hacia el cambio voy a encontrar numerosos obstáculos, ya he superado el primero, que es arrancar con voluntad, pero tengo que saber que puedo sabotearme yo mismo/a en cualquier momento con mis creencias limitantes, desviándome por lo que piensen los demás, perdiendo motivación, siendo victimista, frenándome con pensamientos negativos, aterrándome ante la incertidumbre, la derrota, temiendo salir de mi zona de confort, fallándome las fuerzas por lo arduo del esfuerzo, por la negativa a pedir ayuda...
En esos momentos en los que sentimos que caminamos cuesta arriba, qué va a ser lo más importante. Cuidar de nosotros/as mismos/as, recordar lo que valemos, quiénes somos, para qué hemos iniciado este proceso de cambio, darnos un respiro, permitirnos flaquear, variar el ritmo, tomar aliento para continuar y tener muy presentes nuestras cualidades, nuestros puntos fuertes, pensamientos alentadores, emociones como empatía, esperanza, compasión. Claro, somos nosotros/as, y nos lo merecemos.
Reevaluamos que estamos en el camino que deseamos y visualizamos nuestras metas, nos permitimos sentir ese anhelo, esperanza, confianza, motivación... que nos impulsa, que mantiene nuestra motivación. Nuestro mando de la televisión para visualizar esas metas está compuesto de sub-metas, curiosidad, creatividad, sorpresa, aprendizaje, búsqueda de ayuda, gestión emocional, esperanza ... y siempre sin perder ese punto de partida que somos nosotros/as mismos/as.
El esfuerzo siempre merece la pena para lograr el cambio que deseamos para nuestras vidas, no olvidemos disfrutar del camino.
Buscar tiempo para un@ mism@
26.02.21
En el mundo tan ajetreado al que nos hemos acostumbrado a vivir, parece que somos más importantes cuanto menos tiempo tenemos, cuanto más ocupados estamos. Escuchamos frecuentemente "no me da la vida", "el día debería tener más horas"...
Esta semana os planteo un ejercicio que precisamente trata de dedicarnos tiempo a nosotros/as mismos/as. Cuando no se está acostumbrado a parar es difícil sentarse y cerrar los ojos. Por eso, para reiniciar el contacto con nosotros/as es muy útil hacerlo con los ojos abiertos, mirando una imagen fijamente, a veces una vela, pero también cualquier imagen que nos transmita paz y bienestar, que atraiga nuestra atención, que tenga un significado personal.
Elige tu imagen, siéntate cómodamente y respira, mirando aquello que has elegido, que te ayuda a centrar tu atención y sigue respirando. Intenta mantenerte así durante por lo menos dos minutos y trata de ampliar ese tiempo hasta 6 minutos durante la semana.
Es importante que repitas este ejercicio cada día porque estarás entrenando tu atención, despejando tu mente, y dedicando unos momentos diarios a ti. Cuando lo consigas, será más fácil sentarte 10 minutos con los ojos cerrados, respirando, relajándote, conectando contigo. Estarás aprendiendo a meditar.
Otras cosas que puedes hacer, si decides cuidarte un poco más:
- Sal a caminar, si puedes hazlo en entornos naturales
- Aprovecha cualquier momento para cocinar algo saludable, casero
- Dedica tiempo semanal a actividades que te producen placer
- Si no lo tienes, busca algún hobby; si lo tienes, aprovecha tu tiempo
- Si te gusta la música, escúchala simplemente (y solamente)
- Si te gusta leer disfruta de un buen libro
- Valora todo lo que haces
- Disfruta de tus películas o series favoritas
- Pide ayuda cuando la necesites: delega, comparte, solicita...
- Busca algún momento para no hacer nada
Y sobre todo, hagas lo que hagas, intenta centrarte solamente en ello, por ejemplo, cuando camines siente tus pisadas en el suelo, los olores, los sonidos, tu respiración, las formas y colores que ves, la temperatura en la cara, el movimiento de tu pelo...
Si lo practicas verás que cada día se hace más fácil, se va integrando en tu normalidad. La idea es establecer hábitos que te ayuden en tu día a día, proporcionando bienestar a tu vida.
Recuerda, es tu vida y es tu tiempo. Tú eliges cómo quieres gestionarlo.
Tomar perspectiva
19.02.21
Esta mañana he escuchado una noticia que me ha hecho pensar en la importancia de ampliar nuestra visión de la vida, de enfocar o desenfocar situaciones, de cómo un problema se hace inmenso o pequeñito según nuestra perspectiva. La situación es la que es (una enfermedad, un conflicto, una herida, una carencia ... o incluso la propia muerte) pero depende de nosotros/as vivirlo de una forma u otra, conceptualizarlo, darle forma, encararlo de frente o soslayarlo.
Lo mismo pasa cuando estamos inmersos en una situación problemática, dolorosa, confusa... recordemos aquello de "el árbol no te deja ver el bosque" o también te puedes perder en ese bosque y no distinguir ningún árbol.
El símil que os planteo es que nos imaginemos dentro de un triángulo, no podemos ver su forma, no sabemos dónde estamos, en qué momento... pero si nos vamos desplazando hacia uno de sus vértices empezamos a ver dos líneas. Empezamos a ver que el lugar que ocupamos en nuestra familia no es el que deseamos, que en el trabajo no podemos desarrollar ese proyecto que deseamos, que la comunicación con nuestra pareja es pobre, que las dificultades de nuestro/a hijo/a nos están superando, que nuestros sentimientos hacia "X" se van aclarando ...
Seamos capaces de salir del triángulo para ver que realmente es un triángulo. Ahora lo podremos contemplar desde todas sus líneas y vértices, llamarlo por su nombre, calibrar su tamaño, valorar su color, considerar las implicaciones de su existencia...
Esto lo podemos aplicar a todo en nuestras vidas ¿Y tú? ¿Lo pruebas?
Simplemente amor
12.02.21
El amor a todos los seres vivos, a la vida, a nosotros/as mismos/as es tan auténtico, tan maravilloso, que nos hace fluir con la vida, sentirnos vivos, o simplemente experimentar sentimientos gratos de paz, equilibrio o serenidad.
Puede ser tan simple... pero a veces nos complicamos en una búsqueda de un amor que no sabemos realmente qué es. Y posiblemente solamente nos estamos buscando a nosotros/as mismos/as.
Podríamos empezar simplemente amándonos, conociéndonos y reconociéndonos. Pongamos nuestra mirada llena de amor en todo lo que hacemos (cocinar, pasear, trabajar, leer, coser...) y en nuestro entorno con toda su riqueza.
Busquemos el amor de verdad, ese que nos llena, que nos hace felices. Lo podemos encontrar en las personas, en los animales, en nuestros hobbies, en la naturaleza o simplemente en nosotras/os mismas/os.
Dolor emocional
05.02.21
Ese gran tabú que todos sentimos a lo largo de numerosas experiencias de nuestras vidas pero pocos nos atrevemos a mostrar, a reconocer, a afrontar.
¿Por qué tendemos a enterrar el dolor emocional, a esconderlo, a disimularlo?
El dolor físico, en cambio, podemos gritarlo a los cuatro vientos y además buscamos un especialista que nos pueda ayudar para resolver el problema, la causa de ese dolor, o por lo menos que nos ayude a mitigarlo.
Las áreas cerebrales que se activan con el dolor físico son las mismas que se activan con el dolor emocional. "Nuestro cerebro nos duele igual" por decirlo de una forma clara.
Pero nosotros seguimos ocupados en esconderlo, taparlo, enmascararlo, negarlo...
Os podéis imaginar lo que os voy a plantear: hay que tomar ese dolor emocional, ponerle nombre i encararlo de frente, asumiéndolo, permitiéndonos sentirlo y a la vez buscando la forma de que se diluya, que pase permitiéndonos salir de la experiencia fortalecidos, empoderados.
No es fácil, pero asumiendo que forma parte de la vida tenemos que asumir que las emociones se nos presentan en un continuo, a veces más cerca de la alegría, otras más de la tristeza, a veces más cerca de la esperanza otras más de la desesperanza.
Es en los momentos en los que no podemos hacer frente a ese dolor por nosotras/os mismas/os cuando debemos, y ahora sí digo "debemos" porque nos merecemos nuestro autocuidado, cuando tenemos que pedir ayuda a un especialista, y aquí estamos los/as psicólogos/as, preparados para ayudar a salir de ese pozo emocional y a enfocar la vida desde una nueva perspectiva.
Al psicólogo no van los "locos", ni los "raritos", ni los "incapaces"... todo eso pertenece a los prejuicios del siglo pasado.
Al psicólogo van las personas que toman consciencia de una problemática, que se dan cuenta de que no pueden resolver ellos/ellas solos/as, que sienten un sufrimiento emocional profundo que no se marcha viendo una película o siguiendo el consejo de algún/a amigo/a. Van precisamente los que son "capaces de".
Al psicólogo no vas a recibir consejos, ni palmadas en la espalda, ni a buscar culpables o a realizar juicios. Vas a sanar aquello que te duele, a resolver aquello que te preocupa... y por el camino vas a aprender a vivir de otra manera, de una forma más plena y más satisfactoria, aceptándote y valorándote a ti mismo/a, aceptando/cambiando y valorando tu vida
Pedir ayuda nos hace fuertes, recibir un abrazo ayuda a mitigar el dolor emocional, compartir con familiares o amigos nos acerca al bienestar, realizar actividades que nos gratifican elevan nuestros momentos de alegría... pero si a pesar de todo no podemos... solicita la atención de un/una psicólogo/a.
Equilibrio entre mis pensamientos y mis emociones: ¡gran reto!
29.01.21
A lo largo de estas semanas hemos reflexionado acerca de nuestros pensamientos y nuestras emociones. Ahora llega el momento de aunarlas, de crear coherencia entre lo que pensamos y lo que sentimos.
Cuando aprendemos que el pensamiento positivo es fundamental para el bienestar en nuestras vidas nos lanzamos a aplicarlo siempre que lo recordamos o que lo necesitamos. A veces repetimos de forma mecánica pero no nos llega emocionalmente, no lo sentimos y por lo tanto no lo creemos. ¿Nos ayuda?, sí, siempre es mejor pensar en positivo.
Pero se convierte en esa herramienta verdaderamente poderosa cuando sentimos que realmente es así lo que nos estamos diciendo. Ese lenguaje ha de ir acompañado con emociones que a su vez se nutren de ese pensamiento. Es un círculo, puede ser un círculo vicioso por que el pensamiento sea negativo y la emoción también. Recordemos que la forma de cortarlo es incidir sobre el pensamiento, ya que la emoción no la podemos cambiar directamente.
Pero cuando las emociones intensas como la ira, la culpa, la vergüenza, la tristeza, el odio, los recuerdos traumáticos asociados a esas emociones provocan un intenso malestar o nos incapacitan para seguir con la "normalidad" de nuestras vidas es el momento de buscar una ayuda profesional. El psicólogo dispone de múltiples recursos para ayudarnos en nuestra regulación emocional, en la aceptación y compromiso y en aprender a relacionarnos con ese malestar que puede generar si no se trata trastornos en el estado anímico.
La psicología ofrece nuevas terapias o terapias de tercera generación muy eficaces en el trato de problemas emocionales y de comportamiento.
Realicemos un ejercicio para aceptar esas emociones:
Siéntate o túmbate en un lugar cómodo en el que no vayas a ser interrumpido.
Respira profundamente 3 veces
Repasa mentalmente todas las partes de tu cuerpo despacio: frente, ojos, mejillas, lengua, boca, orejas, cuello, pecho, vientre, espalda, brazos, manos, caderas, piernas, pies. Realiza el repaso al revés, respirando acompasadamente.
Visualiza luz blanca que entra por tu coronilla y va inundando tu cerebro y tu médula espinal sanando todos los tejidos y expandiendo a través de todos tus nervios una sensación de paz y de relajación. Visualiza luz blanca como la suma de todos los colores envolviendo tu cuerpo por dentro y por fuera.
Y ahora selecciona una emoción que te provoque un cierto malestar, pero no sobrepase un 5 en una puntuación de 0 a 10.
Focalízate en ella, permítete sentirla, da igual si es fea, da igual si te recuerda... permítete llorar... intenta localizarla en algún punto físico de tu cuerpo (el pecho, una rodilla, la cabeza...). Mírala de frente y respira acompasadamente, imagina luz del primer color que venga a tu mente que inunda esa zona de tu cuerpo y sigue respirando.
Irás notando como disminuye esa tensión o dolor, irás notando como esa emoción va pasando. Como dice Paulo Coelho "esto también pasará".
Ahora serás más capaz de poner un pensamiento positivo en tu cerebro y ya sabes que el círculo seguirá girando. Procura que gire en sentido positivo.
Recuerda elegir emociones moderadamente dolorosas.
Si tu malestar es mayor te recomiendo buscar ayuda, es fantástico sentir y vivir y recuerda que tú puedes tomar las riendas de tu vida en cualquier momento.
Puedes realizar un primer contacto conmigo a nurima0004@gmail.com o me puedes contactar por direct o en el teléfono que aparece en el contacto de la página. Será un placer poder ayudarte.
En la cuerda floja
Vivimos una vida llena de ataques externos (como la desvalorización, el exceso de trabajo, el paro, la discriminación, la amenaza, exigencia excesiva...) y peor aún de ataques internos, aquellos provocados por nosotros mismos (falsos recuerdos, autoexigencia excesiva, falsas expectativas, infravaloración, pensamientos negativos, agotamiento...).
Cómo podemos conjugar todo ello con una vida feliz, plena, satisfactoria, estimulante...
Podemos protegernos de ambos tipos de ataque a través de nuestra voluntad y nuestro pensamiento. Recordemos que la realidad es aquello que nosotros pensamos de ella, que los obstáculos impulsan nuestra agilidad para saltarlos, que los "imposibles" los podemos convertir en "me esforzaré un poco más".
Pensemos también que si tengo que vivir conmigo mismo/a merece la pena ser mi mejor amigo/a, alguien en quien apoyarme, que me mime, me hable con respeto y cariño, que me acompañe hacia mis metas de forma constructiva y estimulante.
Esta semana reviso mis pensamientos y actuaciones hacia mí:
- realizo un listado de los positivos
- realizo un listado de los negativos
Analizo qué filtros puedo emplear en los ataques externos buscando recursos en mí y en mi entorno.
Una vez realizada esta auto-evaluación tengo las bases para el cambio que deseo poner en marcha en mi vida.
Escáner emocional
Esta semana nos vamos a hacer un escáner emocional. Busco un lugar en el que nadie me moleste, cierro los ojos y realizo tres respiraciones profundas.
Visualizo luz blanca que entra por mi coronilla y va bajando como un líquido brillante, tibio y reparador. Va sanando todas las células de mi cerebro, baja por el tronco encefálico hacia mi médula espinal, extendiéndose por todo mi sistema nervioso hacia todo mi cuerpo.
Ahora repaso desde los pies hacia mi cabeza observando los nudos emocionales que habitan en mi cuerpo físico. Los puedo visualizar de diferentes colores, les voy poniendo nombre. Al principio puede que sólo sienta una tensión en algún lugar o dolor y que no atine a ponerle nombre, no pasa nada.
Puedo identificar esa presión, color, luz... y poco a poco iré descifrando su significado.
Repite este ejercicio cada día durante la semana. Observarás que la práctica hace al maestro. Detectar la emociones y ponerles nombre nos ayuda a poder afrontarlas, es el inicio de un camino, tú decides hacia dónde.
Darme cuenta... un gran avance
Puede parecer muy poco pero darse cuenta siempre es el primer paso, a veces nos resulta muy difícil darnos cuenta de todo lo bueno que habita en nosotros/as, del poder que tiene nuestro propio pensamiento, de la fortaleza de nuestras emociones y de cómo impulsan nuestra vida. Mirar alrededor de uno/una mismo/a también puede ser chispeante, magnético, sorpresivo o impactante.
Vamos a cerrar los ojos y a respirar profundamente: una, dos, tres veces. Cuando abramos lo ojos vamos a mirar a nuestro alrededor y vamos a hacerlo con los ojos de un/una niño/a descubriendo algo nuevo; miremos con "nuevos ojos" reparando en cosas que antes ni se nos hubiera pasado por la cabeza, miremos de frente, de soslayo, giremos 180 grados. Detengámonos cuanto queramos en aquello que nos llama la atención, que nos gusta... aprendamos a valorarlo. Se hace grande cuando nosotros lo enfocamos, cobra importancia, espacio, prevalencia.
El mejor deseo para el año recién estrenado
Sencillamente creo que lo mejor es desear felicidad para nosotros/as y para los demás. Si lo pensamos bien, cuando nos preguntan qué deseamos para nuestros hijos e hijas es que sean felices; entonces por qué no desearlo también para nosotras/os mismas/os.
Deseo también que cada uno encuentre su camino hacia esa felicidad, un camino lleno de luces, de salud, de amor, de compromiso, de aprendizaje, de humildad, de buena compañía, paciencia, armonía ... y especialmente, su lugar en la vida.
Voy a ser muy consciente de que me espera un año lleno de oportunidades, a veces sólo hay que tender una mano, dar un paso adelante o hacia atrás, un último esfuerzo, un cambio de expectativas, ... y sobre todo confiar en nosotros/as mismas/os.
El sentir de la Navidad
Es una pena que demasiadas veces para valorar las cosas, las personas... tengamos que perderlas. En este año lleno de pérdidas (personas, trabajo, libertad, salud, certeza, seguridad...) culminado por una Navidad en la que nos sentimos limitados para reunirnos (por pérdida de seres queridos, por enfermedad, por seguridad y para protegernos y proteger a nuestros mayores), podemos aprender a valorar lo que realmente es importante y a reparar en las pequeñas cosas, a disfrutar de los pequeños momentos, de todo lo que podamos compartir, de vivir cada momento como único... es maravilloso poder seguir aprendiendo a lo largo de la vida, conectar con nuestra esencia y ser capaces de sentir nuestras emociones y compartirlas con nuestros seres queridos, aunque en estos momentos estén lejos.
También es momento de vivir conforme a unas metas, a unos deseos y a unas expectativas de mejora para la próxima Navidad, en la que podamos reunirnos sin temer por la salud de todos y todas.
Reviso esos deseos, metas y prioridades para vivir acorde con mi esencia.
Aprendo a poner perspectiva en mi vida para relativizar los malos momentos y vislumbrar la luz que siempre hay al final del túnel.
Y, a pesar de todo, Feliz Navidad.
Apoyándonos en nuestra respiración
Normalmente ni nos damos cuenta
de que respiramos, lo damos por hecho y basta. ¿Para qué va a sernos útil ahora
reparar en ello?
Podríamos dar muchas razones, pero nos vamos a centrar en dos:
- Ayuda a relajarnos
- Ayuda a centrarnos en el presente
Todo ejercicio de relajación empieza con respiraciones más o menos profundas, centrándonos en el pecho o en el vientre; y a partir de ahí comenzamos a aflojar musculatura de diferentes partes del cuerpo, utilizamos la visualización de escenas relajantes, la música...
Todo ejercicio de mindfulness (atención plena) empieza con respiraciones que nos ayudan a centrar nuestra atención en ellas y en nuestro cuerpo físico, a anclarnos en un punto, en el presente.
Cuando reparamos en cómo estamos respirando también nos damos cuenta de cómo nos sentimos, si la respiración es acompasada, dificultosa, agitada, incluso de momentos en los que se para unos segundos. Esto nos permite cambiarla y así modificar nuestro estado emocional, llevarlo a la calma, a la serenidad, a la consciencia... y al presente, que al fin y al cabo es lo que tenemos.
Esta semana voy a llevar mi consciencia a mi respiración durante cinco minutos dos veces al día, me va a servir como anclaje para vivir aquí y ahora.
A pesar del estrés
La vida conlleva cierto grado de estrés, pero en algunos momentos parece que el estrés lleve algo de vida y eso ya no es sostenible. Caminando lentamente hacia el final de este convulso y penoso año en el que no dejamos de perder (salud, trabajo, seres queridos, contacto, libertad... y hasta la paciencia), sigamos buscando recursos para lograr el bienestar, la salud o el equilibrio.
Busco un lugar en el que pueda conectar con la naturaleza: sea el mar, la tierra, los árboles, el viento, el cielo, el sol... En un rinconcito de un parque puedo conectar mis pies a la tierra y sentir su fuerza, reconectar con la madre tierra; o desde mi ventana centrarme simplemente en el viento, la lluvia o ese pedacito de cielo del que puedo disfrutar. Si tengo el privilegio de sumergirme más en la naturaleza pudiendo adentrarme en un bosque, en la montaña, en la playa... soy afortunado/a.
En esos momentos y utilizando siempre tres respiraciones profundas, cierro los ojos y vivo sólo ese instante, ese contacto con ese elemento natural que ayuda a calmar mi cuerpo, mi mente y hasta mi alma. Seguramente volveré a mi día a día más centrado/a, mas descansada/o y más ligero/a.
Repítelo tantas veces como puedas.
No le veo el final...
Cuántas veces vivimos situaciones estresantes, angustiosas, inciertas... o simplemente difíciles. Y cuántas de esas veces se nos hace interminable o parece que las fuerzas no nos alcanzan.
La vida está llena de esos momentos, nos hacen fuertes y nos hacen valorar todo lo bueno que podemos vivir, compartir, sentir, experimentar... respirar. La fortaleza muchas veces es simplemente afrontar que tenemos problemas y pedir ayuda.
Recuerda que puedes consultarme en nurima0004@gmail.com
En esos momentos de tormenta hay algo que nos puede mantener a flote: mirar hacia el horizonte entendiendo que todo pasará, nada es eterno, especialmente la vida. Sentir que estamos vivos/as y que vivir es un regalo nos empuja hacia adelante en nuestra búsqueda de quiénes somos y de dónde queremos estar.
Igual que un niño/una niña
En estos tiempos tan inciertos, en los que aprendemos a la fuerza a vivir el día a día, momento a momento, vamos a intentar recuperar valores de la infancia como el entusiasmo, la alegría simplemente por sentirse vivo/a, la inocencia, la curiosidad, la imaginación, las ganas de jugar, de aprender, la creatividad...
Hagámoslo con ganas, recuperando parte de nuestra esencia, cuestionemos lo que hacemos y cómo lo hacemos, reinventémonos como si viviéramos un cuento aportando toda esa riqueza infantil que tal vez un día perdimos.
El pensamiento positivo es mágico... PON MAGIA EN TU VIDA
Demasiadas veces me "atacan los pensamientos de miedo, inseguridad, falta de valor, incertidumbre..." y no sé cómo pararlo. Tras ellos llegan las palpitaciones, la respiración entrecortada, la sensación de asfixia, el sentimiento de impotencia, de incapacidad, de desastre inminente...
¿Qué puedo hacer?
Para el día a día me esfuerzo en buscar todo lo positivo de mi día: una brisa fresca, un sabor dulce en los labios, un cálido apretón de manos, un apoyo en la distancia, un color vivo, el agua caliente sobre mi cuerpo, el tacto agradable de una prenda de ropa, una risa fresca que se escucha de repente...
Si necesito algo más... busco algo más potente, al estilo del pensamiento de Harry Potter cuando se enfrenta a un dementor. Una herramienta infalible: un pensamiento feliz, un sentimiento de esperanza o un recuerdo lleno de paz. Creo un potente hechizo y lo utilizo para ahuyentar a mis "dementores". Esos miedos y pensamiento negativos repetitivos seguirán acechando, pero yo sigo incansable lanzando mis "HECHIZOS" PARA VENCER. "Soy completamente capaz de resolver..." "Estoy en contacto con las personas que necesito" "Puedo pararlo" "Me siento bien" "Siento el apoyo de..." "Aprendo rápido" "Estoy en el camino de conseguirlo" "Estoy donde quiero estar" "Siento el amor de los que me rodean" "Mi cuerpo rebosa salud" …
Esta semana crea tus propios HECHIZOS o MANTRAS que te ayuden en TU VIDA.
No esperes más... ELÍGETE A TI MISMO
Tantas veces cuando éramos pequeños/as esperamos a que nos eligieran para formar parte de un equipo, cuando éramos jóvenes de un grupo de personas, en la edad adulta para un trabajo o un ascenso... Otras veces nos hemos decepcionado porque no nos eligieron esos posibles amigos/as, parejas …
Pues hoy doy un golpe de efecto a mi vida, un giro o lo que sea... y dejo de esperar: ME ELIGO A MÍ MISMO/A.
Soy una persona fantástica, me valoro, me estimo, me acepto y me elijo mejor compañera/o de vida. Si lo pensamos bien ¿tengo otra opción? Pues la verdad es que sí, pero ¿Cómo me haría sentir? ¿Abandonado/a? ¿Desvalorizado/a? ¿Solo/a? ¿Incompleta/o? …
Como otras veces esto está en mi mano, depende de mí, igual que elijo comprar producto o no hacerlo.
Si me cuesta elegirme, me sitúo frente al espejo mirándome a los ojos visualizando a mi niño/a interior. ¿Ya me cuesta menos?
Durante la semana cuando dudes
recuerda: sí, a mí y envuelve con tu cariño a ese/a niño/a interior.
Me escucho ¿¡simple!?
Si alguno o alguna de vosotras/os tenéis mascotas lo habréis observado muchísimas veces. ¡Cómo me mira mi perro, mi gato...! "Me escucha", "me entiende", "sólo le falta hablar". A veces me hago preguntas y me las repito sin obtener respuesta o le pregunto a otras personas.
Os propongo un ejercicio: "Hoy me escucho".
Cada día de la semana voy a dedicarme 2 minutos a escucharme. Me escucho con tanta atención y tanto cariño como lo hace mi mascota. Mi cuerpo me dice que... tengo digestiones pesadas, me duelen las muñecas, me duele la cabeza, necesita liberar tensiones, realizar ejercicio, comer menos precocinado, pasear, respirar de forma pausada... Mis pensamientos me dicen de mí misma/o... "Qué cuajo tengo" "Qué inútil soy" "Qué agradable ha sido mi día" "No salgo de problemas" "Voy a superarlo" "De esta no salgo" ...
Lo anoto cada día y al final de la semana me leo y observo si he obtenido respuestas o algo de claridad en mi vida, ¿he aprendido algo de mí mismo/a?
Una vida llena de momentos...
En algunos momentos nos olvidamos de vivir, damos por supuesto muchas cosas, los problemas nos asfixian, los plazos nos angustian y no reparamos en algo que sabemos desde que nacemos: nuestro tiempo es limitado. Y también el de los demás. Valoramos los objetos, las posesiones, el éxito... pero demasiadas veces olvidamos que lo más preciado que tenemos es ese TIEMPO y en qué decidimos invertirlo.
Esta semana puede ser un buen momento ¿por qué no? para decidir conscientemente en qué queremos emplear este bien tan preciado: con quién queremos estar, qué queremos decir o hacer, a dónde queremos ir..., en definitiva, cómo gestionar nuestro tiempo.
También es una buena ocasión para agradecer y valorar el tiempo que nos dedican y que nos han dedicado los demás a lo largo de sus vidas, todo lo que han decidido compartir con nosotros.
Soy una persona, soy... ¿¡y qué!?
A veces nos quejamos o simplemente nos duele que los demás (padres, madres, parejas, amigos, compañeros, profesores, jefas/es, hijos/as...) no nos acepten como somos o nos critiquen demasiado, pero ¿nos hemos parado a pensar en lo que nos criticamos nosotros mismos?
A partir de hoy mismo elijo decirme cada día a mí misma/o YO ME ACEPTO A MÍ MISMA/O.
¿¡Una parte de la realidad, una suma de partes, más que la suma de las partes!?
¿Qué quiere decir eso de que yo gestiono mi realidad?
- "Mi vida es un desastre, no consigo que me contraten, amen o incluyan". "No valgo nada, ya lo sabía". "No lo conseguiré nunca".
- "Esta vez no lo he conseguido, pero no pienso desistir" "No voy a perder más tiempo con una persona que no me aprecia" "Puedo contar con otros amigos" "Después de este bache y lamerme las heridas, me levanto confiando en nuevas opciones"
Mi libertad y mi gestión de mi realidad está en la elección de pensamiento, esto es lo que me proporciona el control de mi vida. ¿Qué voy a elegir la próxima vez?
Imagino otra situación en la que me he equivocado de medio a medio, me siento avergonzada/o, pienso que he hecho un ridículo espantoso, luego llega la angustia, el reproche, la culpa... Voy a examinar otra vez mi lenguaje, qué me estoy diciendo a mí mismo/a, ¿respuestas del tipo 1 del ejemplo anterior? ¿o del tipo 2? ¿Y cómo me siento después?
Una vez que me doy cuenta de cómo puedo gestionar mi realidad a través de mi pensamiento me queda lo más importante: PONERLO EN PRÁCTICA. Al principio cuesta un poco, pero se llega a automatizar, igual que los pensamientos antiguos se automatizaron.
Si alguna vez te perdiste...
02.10.20
Como seres humanos que somos nuestra vida es cambiante y variopinta, a veces flotamos en una nube, otras nos estampamos en el suelo o contra una pared. La mayoría de las veces navegamos entre esos extremos. Me parece positivo pensar que si nunca me perdí es que tal vez o fui a ninguna parte, y todos/as realizamos algún viaje, simplemente por el hecho de ser.
Ahora es el momento de recuperar mi esencia.
¡¡¿¿Cómo voy a dejar la mente en blanco...??!!
Recuerda este juego de los 5.
Indagando acerca de mi malestar o ansiedad...
18.09.20
A parte de respirar profundamente, utilizar diversas técnicas de relajación, de meditación... me pregunto cómo desmontar el malestar o la ansiedad que siento.
En primer lugar, voy a averiguar qué pensamientos, ideas o convicciones la sostienen:
- Realizo un listado de 3 a 5 pensamientos que sostienen una idea que probablemente me está haciendo daño. Le pongo palabras muy concretas a esa idea.
- Le pongo palabras a la emoción que me produce y me permito sentirla.
- Observo la conexión entre mi pensamiento y mi emoción.
- Ya veo en qué tengo que trabajar: mi pensamiento.
- Siento que tengo el control de mi vida.
Estaba pensando...
Tengo capacidades para ver, caminar, oler, pensar, beber, comer, correr, sentir, hablar, escuchar... Mis manos responden a las órdenes que les da mi cerebro a través de mi pensamiento, al igual que mis piernas, mis ojos... Cada día tengo la oportunidad de levantarme y disfrutar de un tiempo para realizar innumerables actividades...
¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué siento que me falta algo? ¿Qué es lo que va mal? ¿Qué es esta fatiga? ¿Qué puedo hacer?
Voy a destacar y valorar durante diez minutos a lo largo del día, en el momento en que me vaya mejor, empezando con tres respiraciones profundas y al final agradeciéndonos a nosotras/os mismas/os esos diez minutos que nos hemos dedicado:
- tres capacidades de las que disfruto
- dos pensamientos que dirigen mi día (al levantarme, al trabajar, al comer, en el transporte, con la familia...)
- una actividad placentera realizada o prevista en el día y una tarea dificultosa, tediosa o insufrible.
¿Cómo me siento tras esos diez minutos? ¿Siento el valor de esas capacidades, el cómo facilitan mi vida? ¿Cómo me hacen sentir esos dos pensamientos protagonistas de mi día? ¿Puedo disfrutar de esa actividad positiva y repetirla? ¿Está entre mis posibilidades modificar, reducir o sustituir la actividad negativa del día?